lunes, 3 de marzo de 2014

"El Reino de la Felicidad"

Cuando el portal se abrió el brillo segó mis ojos, así como en los cuentos hadas, estaba tan ilusionada de lo que ahí encontraría, camine a tientas, casi desbocada, de a poco el brillo se transformo en oscuridad y solo me encontré con un espejo que era el que me había cegado en contraluz………ahí dentro no había nada solo yo y mi patético yo reflejado en el espejo. La puerta se cerró y quede en la más profunda oscuridad. Caí de rodillas lamentándome de mi misma, de mis ilusiones, de mis esperanzas, de todo aquello que según yo me llevaría a ser feliz, caí derrotada ante misma:

-(grite) Maldito el ser intangible que me creo, porque de su vomito fundó mi carne y la modelo.

Las culpas no eran mías, sino del solo hecho de haber nacido…………..
La culpa la tenían mi padre y madre por haberme engendrado.................
La culpa la tenían todos quienes me habían amado .................................

Nunca sentí un dolor más penetrante, me dolía el alma y el cuerpo. Mis dientes exprimían mi lengua hasta   sangrar,  de mis ojos salieron lagrimas que recorrieron mi rostro para llegar a mi boca,  que se mezclaron en una bola compacta, brumosa, y áspera que empecé a tragar mientras mi garganta no aflojaba y  se apretaba cada vez más, una vez alojada en mi estomago fue rechazada y expulsada para volver a ser tragada. Con mis ropas húmedas en orina, fecas, lagrimas, saliva y sangre y mi corazón destruido, compadecida de mi,  renuncie.


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