La pluma se deja llevar por el viento cálido que produce el calor de mi cuerpo y el frio de mi apocalipsis. Letras de lujuria, que hacen caer en nobles pecados de salvación. Letras que sofocan en la oscuridad para poder crear, letras de azufre que traen miedo, temores y pasiones. La pluma vuela, no deja dormir, trae la tortura del amanecer, ahogando con letras, palabras e ideas con recorridos mentales insanos sin valor, llenas de mensajes sensuales, que traen a las mentes imágenes obscenas y a los cuerpos calores y néctares sublimes.
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